Millonaria estafa: Presuntos militares hurtaron $35 millones en almacén de electrodomésticos
Se hicieron pasar por tenientes de una Central Militar en Cundinamarca. Pagaron los productos con consignaciones fraudulentas.
Una millonaria estafa fue víctima el almacén de electrodomésticos Nueva Distribuidora Electrofrío S.A.S, ubicado en el Centro de Barranquilla, por dos presuntos militares. Así lo denunció a Zona Cero, Stefany Rojas, la administradora del establecimiento.
Los dos sujetos se hicieron pasar por tenientes del Ejercito Nacional, más específicamente, de la Central Administrativa y Contable (CENAC) Bosconia Fuerte Nilo, Cundinamarca, sede inexistente en el país.
A través de llamadas telefónicas y enviando órdenes de compra con sello del proveedor del Batallón de Apoyo y Servicio de Entrenamiento captaron la atención de los asesores de ventas del negocio comercial y posteriormente procedieron a realizar dos consignaciones falsas a través de un banco nacional, logrando una estafa cercana a los $35 millones con la adquisición de 18 electrodomésticos.
La administradora del negocio acudió a Zona Cero después de descubrir el robo y colocar la denuncia pertinente en la Fiscalía General de la Nación y el Gaula de la Policía.
Encargos sistemáticos
Rojas narró que los pedidos de los productos se realizaron el 23 de diciembre, en las horas de la mañana. El negocio recibió la primera llamada de parte de la Tesorera del Batallón de Ingenieros Vergara y Velasco, ubicado en el municipio de Malambo.
La administradora indicó que la tesorera pidió una cotización de un congelador, el cual tuvo un valor de $2.350.000. “Ella nos mandó la captura de pantalla de la consignación. Verificamos en nuestra bancaria y efectivamente estaba el dinero”, narró.
Con este pedido, afirmó, que no tuvieron problemas y que la plata si fue entregada por el banco.
Sin embargo, una hora después llamó un teniente, que se identificó como Omar Giraldo, indicando que desde Malambo le habían dado “buena referencia” de los productos adquiridos en la distribuidora.
“Nos dice que se encuentra ubicado en el Batallón de Apoyo y Servicio de Entrenamiento, Regional Bosconia, Cundinamarca. Nos pidió una cotización de varios artículos”, afirmó.
La joven prosiguió diciendo que el pedido del teniente Giraldo daba un valor de $17.200.000. Encargó 6 congeladores: 5 horizontales y 1 vertical.
“El teniente nos mandó la foto con factura de consignación por la suma mencionada. Nosotros decidimos mandar el camión con el pedido, ya que en la sucursal bancaria vimos reflejado el dinero”, indicó.
El segundo pedido millonario
Sin embargo, una hora después de la llamada del señor Omar Giraldo, Rojas afirmó que se comunicó con ellos la teniente Carolina López, de la misma sede de su compañero uniformado.
"Nos dijo que le había gustado la venta que habíamos finiquitado con el teniente Omar (Giraldo) y también nos realizó un pedido”, contó la administradora.
No obstante, y a diferencia del pedido de Giraldo, la teniente López, según el relato de Stefany Rojas, realizó su encargo vía telefónica y a dedo, es decir, no mandó orden de compra sellada por el Batallón de Apoyo y Servicio de Entrenamiento y con destino en el Cenac Regional Bosconia, Fuerte Nilo, Cundinamarca.
De acuerdo con la factura suministrada por Rojas, la teniente López pidió 7 congeladores y 5 aires acondicionados, lo que daba un total $18.700.000.
“Con ella también recibimos una foto con la factura de consignación de la misma sede bancaria que usó Giraldo. Entonces decidimos enviar el tercer pedido en ese día. El segundo para la sede que se encontraban ellos”, expresó la administradora.
Rojas indicó que los tres pedidos de ese día fueron buscados en la sede del establecimiento por un carro particular, que manejaba un hombre identificado como Mario Vanegas, persona que habrían designado los militares para recibir la factura en física y llevarse los productos.
Sorpresa bancaria y casi otro “gol”
Tres días después de los pedidos y despachos, Stefany Rojas, se acercó a una sede bancaria para reclamar el dinero. Sin embargo, en esta, le informaron que solo tenía consignado los $17.200.000 del teniente Omar Giraldo y en cheque, más no en efectivo como decía la factura que le mandó ese hombre, lo que fue la primera alarma de sospecha.
Aunque, la peor noticia, la recibió cuando le informaron en el banco que los $18.700.000 del pedido de la teniente López no habían sido consignados en la cuenta del establecimiento comercial.
“De inmediato llamé al número de la teniente Carolina López y le indiqué que su pago no había sido consignado y que el de Omar Giraldo estaba en cheque, más no en efectivo. Me respondió que se iba a dirigir al banco para resolver el inconveniente y me realizó de paso otro pedido de productos de hogar”, relató Rojas.
Este nuevo encargo estaba contabilizado en $20.740.000, los cuales fueron "consignados" al día siguiente, es decir, este miércoles 27 de diciembre.
“Me mandó la foto y en la mañana del miércoles me envió al mismo chofer para buscar el pedido. Le dije al señor Vanegas (Mario) que no podía despachar los productos hasta resolver el pago de los dos pedidos anteriores”, narró.
No obstante, la sospecha negativa que tenía la administradora se cumplió. En la tarde de este miércoles se volvió a dirigir al banco para reclamar en efectivo el cheque del pedido del teniente Omar Giraldo por $17.200.000 y verificar el pago del de $18.700.000, pero la respuesta fue otra.
“Me dijeron que el cheque rebotó porque no tiene autorización de pago, ya que es de Tolima y robado. El otro pago tampoco había sido consignado”, indicó la joven.
Investigación y difusión
Rojas indicó que la denuncia ya está en manos de los investigadores pertinentes para este caso. Agregó que llamó al Batallón de Apoyo y Servicio de Entrenamiento y no le “dieron respuesta sobre los presuntos tenientes que la llamaron a hacer el pedido”.
Expresó que se esfumaron y los números que tenía de estos no les pertenecían. Añadió que tuvo una charla con el conductor que mandaron los supuestos militares y este solo le dijo que “los productos fueron dejados en la rotonda de la calle 17, los cuales se los entregó a una uniformada”.
“Quiero por lo menos recuperar alguno de los productos. Sé que 18 electrodomésticos de este tamaño son difíciles de movilizar y vender, y con los seriales se pueden reportar como robados”, finalizó.